Resulta que es un dragón. Yo siempre la «veía» como una pajarita. Me he acercado en el paseo y he visto que no, que no es una pajarita. Es una escultura de un dragón en la rotonda al final del Bulevar, elaborada por Fernando Lorite y en la que ha empleado 2.500 kilos de hierro para levantar una escultura que da la sensación de ser una figura de papiroflexia con cada uno de sus pliegues.