En invierno y con una rosa en el patio.
Esta mañana, antes de salir de paseo como todos los días, me he quedado sorprendido al bajar al patio.
Hacía varios días que no bajaba al patio. He visto esta rosa, sola, intentando coger los primeros rayos de sol, a pesar del frío que hacía. Se ve que ya hace unos días que ha florecido.
Esta rosa me recuerda que, frente a la dureza y limitaciones que nos impone la vida, está el empecinamiento de la bondad y de la belleza por hacerse presente en el día a día.